domingo, 6 de marzo de 2011

Atropello clientelista contra el Pami-Santiago


El nuevo director del Pami Santiago, en tiempos en que era funcionarios de Carlos Arturo Juárez.

La obsecuencia incondicional del “transparente” gobernador Gerardo Zamora finalmente dio sus frutos, como les ocurre a todos los incondicionales del kirchnerismo, aunque nuestro transversalista mandatario -supuestamente astuto- no llega aún a vislumbrar el berenjenal en que se ha metido y las consecuencias trágicas que aparejará su más que equívoca decisión.

Se vino nomás de Buenos Aires con la designación del ignoto e incapaz funcionario que reemplazará al contador Álvaro Rojo al frente del Pami local, un ex mediocre colaborador de Carlos Juárez, y con ello cree que tiene una herramienta más para ganar la próxima elección general, sin advertir que se ha echado a todos los afiliados en contra y que encima el nuevo mandamás de la obra social no cuenta con el respaldo de uno sólo de los funcionarios de línea de la gerencia local, todavía afectos a la transparencia y a la calidad institucional con que el contador Rojo supo llevar adelante la gestión, desde que ganó el cargo por concurso y desde que se liquidó el sistema de las llamadas “gerenciadoras”, en algunas de las cuales se esfumaba misteriosamente el presupuesto de la delegación local.
Tras los lamentables incidentes del fin de semana, en que se consumó el cambio del gerente, y donde el nuevo titular ligó la peor parte del enfrentamiento, los trabajadores del Pami saben bien a quién se enfrentan ahora: a un gobernador que ha hecho del clientelismo una práctica renovada y aparentemente vistosa, a un ministro de gobierno que osó convertir a la obra social más importante de la provincia después del Iosep en un comisariato político que deberá dedicarse afanosamente a la captura de votos de los jubilados afiliados, y a una diputada nacional -la escribana Ada Iturrez de Capellini- que ha declinado ominosamente sus otrora ideales libertarios para sumarse a los dictados espúreos de la monarquía, gesto con el cual pretenderá apoderarse de la “subcomandancia” de Bases Peronistas.

¡Pobres jubilados!

Lo más lamentable de esta nueva situación de hecho es que nuestros pobres jubilados y jubiladas verán derretirse como helado al rayo del sol la calidad de gestión de un equipo reconocido por su permanente excelencia y buena disposición a solucionar sus problemas. Basta recorrer las páginas de los diarios para verificar que en este período de la gestión del contador Rojo no hubo una sóla protesta, que todos los afiliados se sentían comprendidos y contenidos en sus legítimas demandas.
De ahora en más, deberán confrontar con una pléyade interminable de operadores políticos, que sólo ofrendarán algo a cambio de un voto. Esperamos que frente a esta infame destrucción de la obra social, sepan reaccionar como corresponde, como ya lo hicieron los santiagueños en otros tiempos no lejanos, cuando el poder abusó hasta el hartazgo de sus prebendas y dejó al pueblo en la más deplorable de sus miserias.
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