sábado, 11 de junio de 2011

¿Y AHORA, HASTA BOMBAS TENEMOS?


casa de Daniel Islascasa de Daniel Islas

Que nos está pasando como sociedad? Que limites poner a la delincuencia? JUSTICIA – JUSTICIA – JUSTICA. No hay otra manera. Cuando el poder judicial demasiado permeable al grado de la asociación con “bandas delictuales” las consecuencias se hacen evidentes.

Fuimos reiterativos en denunciar múltiples ilícitos - robos, asaltos, arrebatos, piratería del asfalto - organizados desde la propia esfera policial, y con protección judicial. Hechos lamentables sucedidos en determinados días del año y cuando un “especial juez” se encontraba de turno, es decir, con competencia sobre esos delitos.

Desde el propio gobierno advirtieron algo anormal en el juzgado de cuarta nominación, idearon una elegante y rápida solución: trasladar al magistrado, al juzgado de segunda nominación. Hecho que marco un hito en la historia judicial de la provincia: por vez primera, se promovió un magistrado al mismo cargo pero en otro juzgado.

Lo comentado sucedió con el Juez Tarchini Saavedra, otro nuevo rico de la provincia, son el solo sueldo como ingreso. Su progreso económico es envidiado hasta por los mismos miembros del Superior Tribunal de Justicia.

El artefacto explosivo colocado en la camioneta que usaba uno de sus delfines, no es casual. Por sus manos pasaron los expedientes más gruesos y de mayores réditos económicos. Hace muy poco y en relación al sonado caso “piratas del asfalto” denunciábamos una llamativa reunión que se llevo a cabo en el domicilio del funcionario atentado, allí se juntaron jueces – policías y ladrones. Se acordó en la entrega de trescientas mil “razones” para finalizar tan sonado caso. Las razones fueron recibidas y los sospechosos rápidamente liberados. Pero de las mercaderías y el pago de lo adeudado por algunos empresarios parientes del magistrado “se hicieron los distraídos”.

En este link advertiamos lo que se vendria: http://www.codigorojose.com.ar/2011/04/20/causa-piratas-camino-a-la-impunidad/

La mejicaneada policial – judicial anticipamos que seguramente no quedaría impune, sus consecuencias comienzan hacerte evidentes. En cuanto a la camioneta destruida poco importa, el rodado pertenecía al poder judicial y el funcionario la tenía en Depósito Judicial.
Esto recién comienza. Si con todo el poder que poseen le hacen atentados de este calibre, debemos imaginar lo que pasara cuando estos ladrones de saco y corbata dejen los cargos políticos que ejercen.

Gerardo Zamora debe entender de una vez por todas que su poder judicial, salvo honrosas excepciones, es una verdadera cloaca séptica. Los más necesitados y ladrones cumplen funciones en la justicia criminal.

Fuente : Codigo Rojo

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