Milagros Salas y Luis D’Elía, compañeros en el kirchnerismo. |
Pero en verdad, se trata de piqueteros-cooperativistas que engañan a gente sin información, a la que la hacen firmar documentación con la que luego obtienen subsidios del gobierno de Gerardo Zamora y de otras reparticiones nacionales.
Lo cierto es que el “gestor” de los trámites es un tal Marcos Ávila, quien se queda con el 50% de los subsidios o ayudas, aunque no figura como miembro de ninguna fundación.
Con buena labia, el hombre tiene engañadas a dos secretarias: una docente jubilada y reconocida ex militante de la señora Nina de Juárez, presidenta de la Cooperativa San Valentín, y a la propietaria de un bar del Paseo de la Ciudad.
Al margen del poder de Milagros Salas y sus acólitos, el gobierno provincial (a través del Ministerio de Salud) debería ejercer control sobre el destino de los subsidios del ámbito santiagueño, la documentación pertinente de la citada fundación y, sobre todo, si alguien se aprovecha de las necesidades y el hambre de gente poco informada de nuestro medio.
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