martes, 14 de diciembre de 2010

Un reto difícil: Zamora quiere “moralizar” la gestión

Casa de Gobierno, la sede en la que se avecinan cambios de funcionarios.
Que eche a los sospechados y a los probados como corruptos, debería haber sido la mecánica del gobernador Gerardo Zamora desde el primer día de gestión y de cada jornada. Recién ahora, a seis años de mandato, ha decidido con mucha tardanza “moralizar” la gestión.
Claro, ha sido conmovido cuando explotó una bomba por el latrocinio en el que sorprendió con las manos en la masa a su jefe de Gabinete, Elías “Sugus Suárez, y al subsecretario de Prensa, “Lito” Argañaraz, quienes junto dos “agencieros publicitarios”, “Tito” Chorén y “Cacho” Lezana, integrantes de una verdadera banda o asociación ilícita que se llevó a sus arcas 18 millones de pesos por una oficina y 9 millones por la otra.
Corresponde aclarar que se trata de dos funcionarios que acompañan a Zamora desde que desalojó a José Luis Zavalía de la municipalidad en aquella conocida componenda con Carlos Juárez. Incluso, los “agencieros publicitarios” (más otros dos) también vienen entreverados en la corruptela de “Sugus” Suárez. Ya en la comuna hicieron algunas travesuras.
Ese valor, de la vieja amistad y del acompañamiento político de la primera hora, hace que Zamora simplemente los eche pero sin investigarlos, con lo que, como abogado, debería comprender que se transformaría en cómplice. (“Bueno, tampoco es cuestión de llenar las cárceles”, bromeó un comisionado municipal amigo que comentaba “los robos del zamorismo”).
Y, en tren de “moralizar”, parece que se van del gobierno (en la última semana de diciembre), “Sugus” Suárez, Luis César Martínez, ministro de Salud, “el Topo” Costas, secretario de Desarrollo, Ciencia y Tecnología, más Ricardo Daives que dejaría el ineficiente Ministerio de Justicia y que sería premiado con el cargo de presidente del Superior Tribunal de Justicia.
Debería comprender Zamora que si no se decide a cambiar todas las caras, ésta va a ser apenas una “moralización parcial”. Nada se dice de otros ministerios polémicos como Gobierno, Economía, Obras Públicas, entre otros. Menos se mencionan cambios en el Iosep, donde el zamorismo ha registrado el récord de la peor gestión de toda la historia de la obra social de los empleados públicos.
Otra marca de la ineptitud, la irresponsabilidad y la corruptela se ha registrado en estos seis años en la policía de la provincia. Al parecer, Zamora considera al titular de la repartición, Marcelo Pato, uno de “sus chicos mimados” y, consecuentemente, lo va a reemplazar pero con un “premio”, creándole la subsecretaría de Seguridad, al estilo del juarismo. En “la cana”, en tanto, se están peleando a brazo partido para suceder a Pato los comisarios mayores Mario Daniel Giménez (director de Planeamiento) y Marcelo Ocaño (jefe de Operaciones).
Un acierto, sin duda, será la designación del sindicalista de los viales y actual diputado Andrés Bernasconi como secretario (con rango ministerial) en Trabajo, donde serían confirmados el subsecretario y el director de Trabajo, cerca de quienes la gente tiene muy buen concepto. (Bernasconi espera el tratamiento en la Legislatura de la reforma de la ley de Ministerios).
Estos cambios del gobernador Zamora se producirían el 28 de diciembre (justamente, Día de los Inocentes), donde se procurará, en “el entrevero”, disimular la salida indecorosa del hasta hace poco influyente y poderoso “Sugus” Suárez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario