domingo, 2 de enero de 2011

ZAMORA CONTENTO CON LA PEOR POLICIA


Neder y Zamora, ministro y gobernador, responsables de la “mala policía”.
De una repartición policial, Delitos Económicos, desapareció el siempre bien recordado Raúl Domínguez, hasta donde fue llevado furtivamente para brindar su cuarto testimonio sobre las estafas de los timbrados apócrifos con los que se estafó por cifras multimillonarias a la dirección de Rentas. Valiente e íntegro, dijo todo lo que conocía como empleado de la repartición, implicando a poderosos de adentro y de fuera del gobierno. Lo intimaron a cambiar la declaración, pero se negó. Los policías hablaron con el entonces juez Juan Jorge quien les dio vía libre para “ablandarlo” hasta que acceda y soslaye los nombres de los que implicaba.(Ese cuarto testimonio le fue “robado” del asiento trasero del móvil del entonces jefe de Departamento de Investigaciones Oscar Ramón del Valle Gorosito (de donde depende Delitos Económicos). ¿Qué hacían esas fojas fuera del expediente?).


Luego, la triste historia es bien conocida y recordada; al menos por el pueblo de Santiago. Torturado y masacrado, la buena persona que fue Domínguez apareció muerto y arrojado en un baldío cercano a su domicilio.


Lo echaron al juez Juan Jorge (a cargo del sumario de la estafa a Rentas). El gobernador Gerardo Zamora y el ministro de Justicia, Ricardo Daives, dispusieron que se ascendiera, en tanto, a Abelardo Basbús, el que tenía que investigar el asesinato de Domínguez. Paralelamente, se cooptó y se compró a los abogados de los familiares, y cayó el manto del silencio sobre el sumario policial-judicial de esta horrenda tragedia.


A esa policía fue el jueves Zamora a instarla a ser cada día más profesional y propaló que los ascensos que acababa de concretar su gobierno, son todos en base a méritos y aptitudes.


Sin duda, el gobernador no sabe que todos saben que para ingresar, trasladar, castigar, favorecer y ascender en la policía hay que llevar al famoso “aval político”. (Lo mismo que para ser adjudicatario de una vivienda. Si no, que Zamora se disfrace y vaya a la fila del Instituto de Vivienda y Urbanismo a fin de comprobar que entre las exigencias, la primera y principal es contar con el “aval político”; mucho mejor si la ficha del solicitante lleva la suya, la del primer mandatario).


Representación teatral, sainete político. Todo se parece a una pésima copia de los gobernantes demagogos, populistas, electoralistas y engañadores.


Insistimos, el “caso policial” es escandaloso y nunca la repartición estuvo más alejada de su función específica como ahora. El jefe de policía, Marcelo Pato, no está nunca en su despacho y por ello nadie recibe órdenes ni nadie puede hacer consultas. El mal ejemplo cunde entre los subalternos. Algún funcionario deberá visitar de vez en cuando la guardia de una comisaría para comprobar el descontrol y la irresponsable actitud de los uniformados.


Entre tanto, se suceden los robos violentos a hogares santiagueños por parte de delincuentes que actúan a la luz del día y a cara descubierta. ¿Alguien se enteró si la policía profesional a la que habla Zamora ha esclarecido y detenido a los autores de estos atracos en casas de familia?

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