Después de los resultados obtenidos en la provincia, es tiempo de reflexionar hasta octubre próximo. El santiagueño apoyó este régimen feudal, es porque seguimos desinformados, sin cobertura periodística independiente. Porque somos los santiagueños sordos, mudos, ciegos, y cobardes para reaccionar contra los que le dan duro a Cristina y se relamen con Gerardo.
Porque crecen como hongos los “nuevos ricos”, la droga, el hambre, las enfermedades estacionales y crónicas, la falta de trabajo, la inflación, los asaltos a mano armada, las coimas. Porque siguen robando con ministro que van a hacer historia, y sigue enriqueciéndose el delegado-gobernador. Porque tenemos diputados inservibles, inexpertos (por no decir ignorantes), travestis y tortillas de la política, y grandes aplaudidores a la “cossa nostra”.
Porque tenemos un intendente de la Capital que tapó todo de Julio Alegre y se convirtió en “capo de mafia”, que maneja toda la construcción pública y a los proveedores de la muni, y ya se hizo rico y no crece mucho más porque no le da la cabeza.
Porque siguen creciendo los bolsones de pobreza (barrios La Católica, Reconquista Este, Borges, Bruno Volta, John Kennedy, El Vinalar, Juan Días de Solís y todo el interior provincial.
Porque sigue creciendo la “familia gremial”, contenta y bailando al compás de la mafia santiagueña, y los capos de la CGT exhibiendo chequeras cargadas a disposición de “sus” clubes deportivos y para sus intereses personales.
Porque siguen creciendo Rentas de la provincia y las comunas.
Porque siguen creciendo los enanos directores que coimean a los negocios minoritas.
Porque crece “Sugus” Suárez con sus edificios, pisos en Córdoba y hoteles con vista al mar en Cariló y Pinamar.
Porque crecen los vendedores de palmeras.
Porque crecen los jueces.
Porque crece el automovilismo.
Porque se olvidaron de los crimenes de lesa humanidad, Raul Dominguez, los presos, los angeles que mataron con la vacuna del neumococo, Mancuso en el hospital Regional y tantos otros, todos impunes, se olvidaron que nunca les puede tocar.
Y, frente a ello, porque crecen las necesidades (falta de trabajo, enfermedad y el plato diario) de un pueblo manso, pero que espere el momento de hacer tronar el escarmiento.
Fuente : Codigo Rojo
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