Jony Barrera
Once policias profesionales de Marcelo Pato fueron detenidos anoche cerca de las 22hs, entre ellos, el subcomisario a cargo de la Seccional 23, el jefe de la Brigada de Investigaciones y el jefe de la Subcomisaría de Barrio Oeste, oficial principal Víctor Paz, donde trabajaba Barrera, asi mismo el jefe de la Brigada de Investigaciones de la Seccional 23, oficial inspector Raúl Guardia, junto a 8 suboficiales. Todos están imputados por encubrimiento y como partícipes necesarios del homicidio del joven policía.
Once policias profesionales de Marcelo Pato fueron detenidos anoche cerca de las 22hs, entre ellos, el subcomisario a cargo de la Seccional 23, el jefe de la Brigada de Investigaciones y el jefe de la Subcomisaría de Barrio Oeste, oficial principal Víctor Paz, donde trabajaba Barrera, asi mismo el jefe de la Brigada de Investigaciones de la Seccional 23, oficial inspector Raúl Guardia, junto a 8 suboficiales. Todos están imputados por encubrimiento y como partícipes necesarios del homicidio del joven policía.
Algunos oficiales y suboficiales estaban de servicio en la comisaría y subcomisaría, mientras que otros fueron citados a la sede policial. Cuando reunieron a todos los sospechosos les avisaron que estaban detenidos e incomunicados y que debían entregar sus armas, placas y credenciales que los identifica como policías.
A todos los uniformados se les secuestraron los celulares que serán peritados en los próximos días. Los policías detenidos están sospechados de haber alterado el curso de la investigación. Se cree que podrían haber modificado la escena del crimen; es decir, lo que en la jerga policial se conoce como “patas sucias”, porque ensucian un escenario que debería ser inalterable para obtener pruebas suficientes para llegar a los autores del crimen.
A todos los uniformados se les secuestraron los celulares que serán peritados en los próximos días. Los policías detenidos están sospechados de haber alterado el curso de la investigación. Se cree que podrían haber modificado la escena del crimen; es decir, lo que en la jerga policial se conoce como “patas sucias”, porque ensucian un escenario que debería ser inalterable para obtener pruebas suficientes para llegar a los autores del crimen.
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